jueves, 1 de noviembre de 2012

LEISHMANIASIS CANINA




Es una enfermedad grave, zoonotica, re-emergentes, producidas por un parásito microscópico (protozoario) del género Leishmania y transmitidas por la picadura de un mosquito muy pequeño (flebótomos) del género Lutzomyia (vector).


Distribución

Es de distribución mundial (72 países), entre países de economías desarrolladas y en vías de desarrollo.

La leishmaniasis se puede considerar una enfermedad endémica donde no se encuentra el vector. En nuestro país el área endémica de Leishmaniasis Tegumentaria abarca las regiones en las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Chaco, Catamarca, Corrientes, Misiones y Formosa.

Datos de Interés

Existen unas 20 especies de leishmanias patógenas para el hombre, y 10 han sido aisladas de perros.

Los perros domésticos son un importante reservorio para algunas formas de leishmaniasis humana. La distribución de los perros infectados es difícil de calcular debido, por un lado, a la existencia de casos de perros asintomáticos y, por otro, al largo período de incubación de la enfermedad que puede alcanzar una duración de 7 años. El perro es el principal no el único, reservorio urbano de la Leishmaniasis Visceral.

El flebótomo Lutzomyia longipalpis es el vector responsable de transmisión de la Leishmaniasis Visceral en Argentina.

El ser humano es un huésped accidental en el ciclo de transmisión de la Leishmaniasis Visceral.

En América Latina se conocen dos formas clínicas, la Tegumentaria (LT) y la Visceral (LV) que son transmitidas por mosquitos muy pequeños (flebótomos), y producidas por diferentes especies del parásito Leishmania.

En Argentina la Leishmaniasis Tegumentaria (especie habitualmente encontrada, especialmente en Misiones L. braziliensis), es endémica; una forma de Leishmaniasis que presenta manifestación cutánea en la primoinfección y lesión mucosa en aproximadamente el 20% de los casos cutáneos no tratados.

Los fenómenos climáticos inusuales y fundamentalmente los cambios ambientales relacionados con migraciones a áreas boscosas y rurales, o desde ellas a zonas periurbanas boscosas se vinculan con la aparición de brotes epidémicos.

Las grandes epidemias de esta forma de Leishmaniasis Americana se relacionan generalmente con el trabajo de deforestación, modificaciones en el medio o actividades relacionadas a zonas de vegetación arbórea densa, como pesca, explotación de petróleo, etc.

En otro orden, la Leishmaniasis Visceral en América Latina es una zoonosis urbana y rural grave, potencialmente fatal y epidémica, producida por el parásito Leishmania Donovani Chagasi, de importancia en salud pública dada la incidencia de humanos inmuno-competentes, con reservorio principal en el perro doméstico, y transmitida en el sur del continente exclusivamente por un insecto de la especie del complejo Lutzomyia Longipalpis.

Ninguna de las formas genera inmunidad y puede presentarse
infección subclínica o asintomática.


Signos clínicos de la leishmaniasis canina

Los signos clínicos de la leishmaniasis a diferencia de lo que se creía puden ser de amplia presentación. Los signos que se observan con mayor frecuencia en la clínica diaria son:
  • Lesiones en piel, desde pequeñas zonas alopecicas o como ronchas hasta grandes zonas ulcerosas, con tendencia a no cicatrizar. Son usualmente simétricas, crónicas y no pruríticas.
  • Pérdida de peso o pérdida de apetito, de presentación progresiva.
  • Linfadenopatía local o generalizada.
  • Lesiones oculares, como blefaritis asociada con dermatitis faciales en muchos casos.
  • Epistaxis , asociada con la inflamación y ulceración de la mucosa nasal.
  • Claudicación, puede deberse al crecimiento exagerado de las uñas.
  • Anemia.
  • Falla renal que se produce como resultado de la glomerulonefritis asociada a los inmunocomplejos.
  • Diarrea, causada en casos esporádicos por una colitis ulcerativa.
  • En casos más avanzados, la disminución de la actividad física es evidente. Los signos presentan una evolución lenta pero progresiva, con una pequeña o muy leve respuesta a los antibióticos o glucocorticoides.


Diagnóstico de la leishmaniasis

Diagnóstico clínico

La leishmaniasis no puede ser diagnosticada solamente mediante la observación de los signos clínicos por las siguientes razones:
  • Los perros examinados podrían estar infectados pero aparentemente sanos. Estos animales podrían estar incubando la leishmaniasis (casos de prepatencia), permanecer asintomáticos de por vida o podrían curarse espontáneamente.
  • Cuando los signos clínicos están presentes no son específicos y pueden ser compatibles o enmascarar otras enfermedades.

Además, se han descripto formas atípicas de leishmaniasis canina. Algunos casos presentan dermatitis localizada, colitis crónica y desórdenes de los sistemas cardiovascular, respiratorio y músculo-esquelético. Esto complica el diagnóstico clínico aún más.

Test de laboratorio

Los métodos diagnósticos mas usados para la leishmaniasis son:
  1. Parasitológico: examen microscópico.
  2. Serológico: detección de anticuerpos.

Método parasitológico: Consiste en la demostración de los parasitos con tinciónes de muestras tomadas de médula ósea o en aspirado de los nódulos linfáticos o improntas de las lesiones si las tuviese el animal.

Método serológico: Debido a que el perro enfermo clínicamente desarrolla altos niveles de anticuerpos circulantes, los test serológicos son una herramienta importante para el diagnóstico.

Kits rápidos: Los kits comerciales para la detección rápida de anticuerpos se usan mucho. Son fáciles de usar y dan un resultado en 10 minutos. La eficacia diagnóstica de estos kits ha sido evaluada y se encontró que la especificidad fue razonable.


Prevención de la leishmaniasis

Profilaxis

Una forma más económica y eficaz de control, donde los perros se saben reservorios, es prevenir la picadura de los flebótomos, y así la transmisión de la enfermedad.

Lo cual lo podemos hacer con:

  1. La colocación a los perros de collares impregnados con deltametrina, que actúa de forma prolongada como un almacén que se libera en la capa lipídica de la piel durante 6 meses. Éste método no requiere un equipamiento caro o personal entrenado para su uso. Si lo combinamos con un buen programa sanitario y de control veterinario, los resultados son muy buenos.
  2. La aplicación de pipetas repelentes para mosquitos cada 25 o 30 días, son un buen método de prevención.

Se recomienda extremar las medidas si vamos a ir a zonas donde los indices de enfermedad son altos.


Tratamiento de la leishmaniasis

El tratamiento de la leishmaniasis canina es difícil. Los fármacos usados son caros y todos requieren regímenes de varias dosis, lo que supone numerosas molestias tanto para los dueños como para el paciente. Existen frecuentemente recaídas de la enfermedad clínica después del tratamiento y muchos de los fármacos tienen efectos secundarios importantes. No hay cura parasitológica para la enfermedad, sólo podemos resolver los síntomas clínicos.


Estos son algunos conceptos referentes a esta dolorosa enfermedad que afecta principalmente a los perros, por lo tanto les recomendamos charlar siempre con el profesional veterinario de su confianza para aclarar dudas.

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